martes, 11 de mayo de 2010

Consideraciones acerca de la autonomía de Castilla la Vieja en Burgos

Hablando de Castilla la Vieja en público es muy probable que surjan opiniones muy variadas acerca de su delimitación o configuración. Unos atribuirán esta definición a la actual realidad autonómica de Castilla y León, otros hablarán de esa Castilla la Vieja histórica diferenciada de las provincias leonesas, incluyendo o no a Valladolid y Palencia, y manifestando la ausencia de Logroño y Santander. Incluso nos encontraremos a personas que defienden unas auténticas provincias castellanas que comprenderían territorios tan periféricos como Requena-Utiel en Valencia. Insisto en el tema pues este blog gira entorno a dicotomía Burgos-Castilla la Vieja ya que en si es lo mismo. Pues bien, yo me referiré de ahora en adelante a Castilla la Vieja entendida desde su germen: la provincia de Burgos.

Desde un punto de vista político ni yo ni nadie está en su derecho de calificar a la provincia de Burgos como región única de Castilla la Vieja pero, a día de hoy y después de todos los apaños históricos que uno ha tenido que ver considero que este es un mal menor y me he decidido a exponer el tema. ¿Acaso las gentes de Arnedo siempre estuvieron identificadas con el valle del Río Oja o el Tirón, origen del nombre de su comunidad? ¿limitaba Burgos con Euskadi a mediados del siglo XIX? ¿Qué me decís de los castellano-manchegos de Guadalajara o los castellano-leoneses de Soria? Se ha jugado con la historia de manera interesada y Castilla y León no ha sido menos en este aspecto.

En nuestro caso particular la historia nos avala y mucho. Desde la Castella Vetula nombrada ya en el siglo IX como lugar de nacimiento de Castilla y localizada en las merindades burgalesas, podemos llegar casi mil años después a las Cortes de Cádiz con nuestra primera Constitución de 1812 en donde se reconocía como región histórica diferenciada de la de nuestros padres leoneses de los cuales nos emancipamos. Por desgracia hoy el concepto de Castilla la Vieja ha sido desacreditado por todos y con ello apartado y enterrado. Si repasais las webs oficiales de los gobiernos cántabro o riojano no encontrareis un atisbo de castellanidad ni de pertenencia a esta región en ninguna etapa de su historia; su pervivencia lo requiere. En base a esos "orígenes oficiales" y extrapolándolo a nuestro caso, es como si los burgaleses hubiéramos pasado del homo antecessor al instituto castellano-leonés de un plumazo. En el caso castellano-leonés se utiliza la táctica tan bien repetida a lo largo de los años: nosotros somos la unión moderna de los reinos de Castilla y León sin especificar quien es quien e ignorando que otros territorios también pueden ser considerados castellanos. La hipocresía del Estado de las autonomías traiciona a su pasado para que el engranaje funcione aleccionando a sus ciudadanos con falacias históricas.

Arrinconada la idea de Castilla la Vieja por todos y viendo que Castilla y León no convence a nadie y crea año tras año más críticas identitarias que cohesión territorial, sería el momento adecuado de rescatarla y qué mejor lugar que la provincia de Burgos que fue el sitio donde nació. Ya decía el monje arlantino en el siglo XIII en su Poema de Fernán González que Castilla la Vieja fue el çimiento de Castilla y en nuestra provincia la identidad castellana todavía late en el corazón de sus habitantes. La solución básica de nuestro problema identitario (amén de otros) es simple: adaptar nuestra identidad y realidad socio-económica al estado autonómico segregando la provincia de Burgos, constituyéndola en Comunidad Autónoma de Castilla la Vieja y dotándola para ello de un estatuto de autonomía, como otras tantas solicitaron en su día.

En tal caso, ¿qué dirían entonces sorianos, segovianos, abulenses, etc? Estas provincias tienen tanto derecho como Burgos de pertenecer a Castilla la Vieja pero nadie movió un dedo, ni siquiera en la transición para la configuración de una auténtica comunidad histórica de Castilla la Vieja. Por tanto, alguien debe coger ese testigo que quedó aparcado en 1983 y posteriormente, hablar. ¿Pensaban los artífices de la abortada autonomía de la castellanísima Segovia en Castilla o Castilla la Vieja? Para nada; hubiese sido otro foco de hipocresía histórica.
Cabría también diferenciar que una cosa es la autonomía de Castilla la Vieja en la provincia de Burgos y otra la de un "Burgos solo". Y digo esto porque lo peor que se podría hacer es reivindicar la autonomía de nuestra tierra desde una perspectiva burgalesista vacía y centralista que ni siquiera nos serviría para cohesionar nuestra propia provincia y acabaríamos intentando reinventar nuestra historia al estilo riojano o cántabro. El territorio provincial es el lugar donde debe renacer la identidad castellana vieja. Una buena idea y también un primer paso sería el cambio de nombre de nuestra provincia por el de Castilla la Vieja, como en su día hicieron Santander y Logroño antes de su constitución en autonomías para reforzar su argumento identitario.

Con la autonomía uniprovincial de lo que se trataría es de poner la primera piedra de esta hipotética comunidad sin obligar a otras provincias a incorporarse a Castilla la Vieja. De hecho, en el caso de que sorianos o riojanos decidieran incorporarse a esta comunidad se puede tomar nota del estatuto castellano-leonés que, a diferencia del resto, está preparado para asimilar no ya municipios sino provincias enteras, lo cual le confiere desde sus inicios cierto aire de provisionalidad por si alguna provincia insensata se arrepentía. Todas estas consideraciones debieran pasar por el filtro de la consulta, esto es, un referéndum en donde el pueblo tenga la última palabra y no las ejecutivas políticas como desgraciadamente sucedió en nuestro caso.

7 comentarios:

  1. No tengo mucho tiempo, pero volveré...

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  2. Gran repaso histórico el que nos das Autonómico. Uno está harto de viajar por Logroño o Santander, ahora La Rioja y Cantabria, y toparse con muchos escudos heráldicos de Castilla en edificios históricos religiosos y civiles.
    Veo muy dificil, por no decir imposible el desvincularnos de este ente (de ficción) autonómico.Quedaría la remota posibilidad de que esta crisis económica tan brutal se llevase por delante el estado de las autonomías, aunque lo veo dificil por el enquistamiento de la clase politica a su sillón.Entonces, quizás, fuese el momento de Burgos, pero también luchando contra los poderes fácticos del lugar, que este mismo domingo expresaban en su propio medio, ya sabes cual, que lo ideal es que continúe la dictadura del bipartidismo y no aparezcan nuevas aventuras. Se conoce que se les acabaría el chollo si apareciese una formacíon que se dedicase a gestionar Burgos para beneficio de los burgaleses.
    Entiendo que la única y razonable opción es intentar seguir luchando contra el monstruo, la Gran Capital, que diariamente sustrae, o ¿se dice robar?, alguna competencia para sus intereses (El Sacyl a partir de ahora baremará los exámenes para sus empleados desde alli, cuando anteriormente se ha realizado en Burgos). Y así todos, todos los días.
    Debemos seguir luchando por nuestras infraestructuras, la calidad de nuestra Universidad con Arquitectura, Medicina y Farmacia, nuestra industria que quieren absorver. Ser más beligerantes con las comunicaciones, por ejemplo, el urgente tren a Madrid por Aranda de Duero, y no dar un paso atrás en nuestro futuro y el de nuestros hijos, a los que tan acostumbrados estamos a poner los domingos por la tarde en las estaciones de trenes y autobuses.
    Lo demás autonómico, me parece muy dificil de conseguir en esta generación.

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  3. La idea de Castilla la Vieja es antigua. El nuevo
    engendro que nos quiere engullir, es una idea que viene del "estado de las autonomias". dicho estado se creo al gusto de dos regiones Cataluña y el Pais Vasco. A su gusto, todos los demás, sin consentimiento del pueblo, fuimos engullidos en unas regiones con las cuales la mayoría no nos identificamos. Este hecho hace que la Historia se vea modificada al gusto del político regional de turno.
    La idea de una vuelta atrás de las comunidades es inviable al día de hoy. Pero, para Burgos, quizás la solución primera, fuese crear una autonomía uniprovincial abierta. Ese sería el germen para desvincularnos de Valladolid, con la cual la mayoría de burgaleses no nos sentimos identificados. Santander con un plan de comunicación con Burgos y con Europa (no nos olvidemos), La Rioja y Soria juntos pudiéramos crear una región con mucha entidad. Esa pudiera ser una via de futuro, con Valladolid ya sabemos que pintan bastos y lo que es peor seguirán pintando...

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  4. Atapuerqués: es una idea que expongo, una posible solución a lo que se hizo mal en su día y funciona mal hoy. La dificultad para cambiar esto es muy grande pero me gustaría que esos que se llenan la boca con referencias a los "castellano-leoneses", que piensan que pueden jugar con los sentimientos de las personas y el destino de los pueblos segun su antojo, que sepan que hay personas que negamos su juego porque necesitamos libertad, normas e instituciones para poder expresar nuestra verdadera identidad. Y si no, ¿qué diablos votamos en 1978?

    Pero hasta entonces... leña. En eso estoy de acuerdo Atapuerqués, todo ataque a los intereses de Burgos debe de ser denunciado y repudiado por la sociedad. Las manifestaciones por la sanidad pública tienen desconcertado a Juntadolid pero no parece que hagan nada para remediarlo. Dicen que el problema es "no haberse explicado bien", y les creo. ¿Qué voz discordante escuchan en sus cortes? Ninguna, pues lo del PSOE es oportunismo político trasnochado. Empezaremos a ser escuchados cuando el pueblo burgalés traslade su voz allí en forma de procuradores propios.

    Por otra parte, menudo artículo publicó el jacetano en su diario el domingo pasado. Ese y el de "En la cárcel me gané el respeto de todos" deben de estar enmarcados y colgados en los pasillos de su edificio de la avenida Castilla y León. Sólo faltaba ya que nos dijeran a quien tenemos que votar aunque es raro que no dijese "al más rico" como con Primo de Rivera.

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  5. Muy bien documentado el artículo, amigo Autonómico. Estoy prácticamente de acuerdo en todo contigo. La historia se manipula al gusto del político. Se crean autonomías donde no exiten. Quizá la mayor aberración se cometió en Castilla la Vieja.
    Solo una puntualización. Para salir de este engendro de comunidad solo existe la vía de pedir autonomía propia. Como ya comenta Atapuerques el estado de los políticos de las autonosuyas no lo mueve ni esta descomunal crisis. Es utópico, pero mucho mas posible, crear la autonomía 18 que eliminar otras 17.
    Es cierto Autonómico, que en esa hipotética fase de creación de la nueva autonomía se debe dar opción a otras provincias con iguales derechos que la nuestra a formar parte de Castilla la Vieja, nombre que hemos de seguir reivindicando para nuestra tierra.

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  6. Temujin: está claro que cualquier alternativa medianamente bien pensada es mejor que esta región que no tiene ni pies ni cabeza y que sólo sirve para centralizarlo todo en Valladolid. Lo de "autonomía uniprovincial abierta" me ha gustado.


    Andrós: por poco que nos guste el estado autonómico está claro que no se puede eliminar sino que nos tenemos que adaptar a lo que hay. Si no puedes vencerles, únete a ellos, dice el refrán y creo que gran parte de los perjuicios que arrastramos fue porque en su día no quisimos seguir el juego y así nos fué.

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  7. @ Todos
    Tal vez sea una tonteria pero para todo esto lo primero que hace falta es un partido político.
    Un colectivo que luche por los cauces correctos para ello, y que sin embargo, nunca acaba de surgir en Castilla la Vieja.

    Comunidad Castellana fue lo más proximo a un colectivo partidista que no partido político. El resto de intentos han sido absorvidos o eliminados por los pancastellanistas de Duerolandia.

    Así pues un consejo, para empezar, empezad por el principio: las normas legales así están y requieren que alguien se moje políticamente para ello. Que salgan votos o no luego, es otra cosa, pero es necesario que existan esos partidos políticos castellanistas por la verdadera Castilla y no por ningún invento interesado que quiera apropiarse del nombre de Castilla en su propio beneficio.


    ¡¡¡Púrpura y plata!!!

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